jueves, 26 de noviembre de 2009

LA VICERRECTORA DE LA UJED


(Segundo de diez artículos)


Por Cristhian Salazar






La Universidad pública, gradualmente la están privatizando, le están injertando un modelo mercantil. Para empezar, la rectoría de la UJED la han convertido en un búnker. Es más fácil ver al gobernador que al Rector. En la UJED está pasando lo que sucede en todas las instituciones burocráticas, los segundones tratan de imitar la conducta del jefe, y como éste recibe a la gente a cuentagotas, sus alfiles y peones hacen lo mismo. La reina Isabel incluso se excede más que su jefe.

En primer término, la secretaria particular desconoce el rol que debe jugar el titular de ese puesto, y para cubrir sus deficiencias, mandó que le construyeran un privado, que es un parche pedestre el cual rompe la armonía arquitectónica del edificio colonial. Pero claro, qué pueden saber los burros de tamales. El privado no lo utiliza para tratar asuntos de su ramo, lo usa como comedor y comadrería. Ahí se come menudo, pozole, enchiladas, mole, chiles rellenos, atole, etc. Aquello parece una fonda y no la antesala de la rectoría.

Pero la existencia de ese comedor es “pecata minuta”. El problema consiste en que la señora de marras es una muralla, (es una metáfora, no un adjetivo), no deja ver al rector, si no le confiesa uno el asunto que se va a tratar. Sabrá Dios si le informa o no a su jefe, y a los 15 ó 30 días informa de la contestación, que generalmente es negativa. Olvidaba contarles que para ver a la Chabela también hay que pedir audiencia, y como siempre está comiendo, se necesita esperar varias horas para que termine de engullir y de rumiar.

Lo curioso del caso es que dicha y respetable dama, juega el rol de vicerrectora de la UJED. En las ausencias temporales del Rector (que son frecuentes y prolongadas) doña Chabela es la que manda en la Universidad. Por ley debe ser el Secretario General el encargado de la administración de la UJED en las ausencias del Rector. Pero fíjese que no. En la UJED cuando no está el rector, quien manda es la mentada Chabelita. Y no se trata de simples trámites administrativos, ella determina cuestiones de dinero y toma decisiones que rebasan su esfera de competencia. Como antes fue la secretaria del tesorero, ahí dejo a toda su camarilla y entonces a ellas les ordena y decide el rumbo de las finanzas. A la pobre tesorera no le queda otra que firmar lo que ya resolvió la “vicerrectora”.

Pero además de mandar en cuestiones de dinero, también les da órdenes al Secretario General; al pobre Vicente Reyes Espino que lo trae de mandadero. No se diga a todos los mozos y demás burócratas de segundo y tercer nivel. Quien no está bien con doña Chabelita, no está bien con el rector y lo condenan al ostracismo o lo arrinconan en el olvido.

Además, la secretaria particular tiene asignado carro y chofer y cuatro ayudantes, con cargo a la Universidad, lo que implica pago de pensión y gastos de gasolina a discreción. ¿Quién regula esos egresos? Nadie, no hay norma o reglamento al respecto. Y mucho menos están previstos en el presupuesto de egresos, puesto que el rector jamás ha formulado un presupuesto de ingresos y egresos como lo ordena la Ley Orgánica.

Que coma tamales y menudo arriba de la computadora es impropio, pero no es grave, incluso es hasta pintoresco, porque es un retrato de la actual administración. Lo grave es que está mandando en lugar del Rector. Ejerce una potestad que solo le compete al Rector y que le fue mandatada por la mayoría de los universitarios. En esos casos hay usurpación de funciones por parte de la secretaria, y abandono del ejercicio del poder por parte del Rector.

Muchas veces para cuestiones de descuentos de inscripción, para titularse, para ingresar a una escuela o facultad, doña Chabela decide, ordena al departamento escolar, a tesorería, e incluso a los mismos directores. Esos actos no están dentro del catálogo de facultades de la secretaría particular. Esas cuestiones las está decidiendo en lugar del Rector, y son cuestiones que toda la UJED conoce, pero debe haber otras más importantes que ella decide a espaldas del Rector. Salvo que éste le haya delegado esas facultades, entonces ella estaría obrando bien, pero el que estaría actuando indebidamente seria el Rector, porque ninguna ley o reglamento lo autoriza para que delegue las facultades cuyo ejercicio le son exclusivas.

El edificio central es una construcción con un gran valor, visto desde dos perspectivas. Desde el punto de vista histórico, es una construcción iniciada en 1596 cuando se fundó el Colegio Guadiana de los Jesuitas. Fue un edificio levantado gradualmente y construido en diferentes estilos arquitectónicos, pero predominando el estilo neoclásico.

Este es un edificio histórico que se debiera cuidar y conservar, no porque se ame lo viejo, no somos anticuarios, sino porque es un testimonio material de los orígenes de la educación en Durango, y además, su estilo arquitectónico le da un valor per se, que debe conservarse, pues le da fisionomía a la ciudad, es un vestigio histórico que servirá para construir la historia económica y cultural de este centro urbano.

La ignorancia y la indolencia fueron la causa de que se dejara destruir algunos edificios coloniales de gran belleza, como el que estaba en la esquina de constitución y 20 de noviembre, donde se ubicó el Banco de Comercio. Lo mismo sucedió con el edificio donde hoy está la tienda Sears. Y así existen otros ejemplos que por indolencia hemos dejado destruir nuestro patrimonio cultural. Pues bien, el edificio central de la UJED, con la actual administración está en riesgo de ser destruido, deteriorado o hacer de él un collage irreconocible, que perdería su fisionomía que da identidad a la época de su construcción.

Los actuales dirigentes de la administración de la UJED, le han hecho tantas remodelaciones que ponen en riesgo su fisionomía colonial. Incluso donde se encuentra la televisora horadaron un muro antiguo para hacer una puerta. Al golpear el muro, deterioraron y debilitaron el piso de arriba que alberga las oficinas de Planeación. No soy experto en la materia, pero los especialistas en Historia del Arte y las autoridades del INAH, incluso el mismo Gobernador deben ordenar que se haga una evaluación del actual estado del edificio central. No sea el diablo y haya reencarnado el general Gavira.

Si a un campesino le ponen enfrente La Piedad de Miguel Ángel y en otro extremo un buen caballo, le interesaría más éste último que la gran obra de arte. Al caballo lo trataría con cariño y delicadeza; La Piedad le sería indiferente si la deterioran o echan basura sobre ella. Esta inclinación no es por maldad, es cuestión de cultura, y ésta no se adquiere con un título, ni con un nombramiento.

A unos cerdos les pueden poner en frente los perfumes más caros y finos y las fragancias más exquisitas, y a cien metros colocar una olla con desperdicios. El animalito saldrá corriendo a devorar estos últimos. Esas inclinaciones están en su naturaleza, son instintivas.

En fin, lo que trato de decir es que de lo que sucede en la UJED, no tiene la culpa el indio, sino el que lo hace compadre.

www.zonalibredgo.blogspot.com

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