Por Cristhian Salazar
¿Quién escondió el proyecto de reforma Universitaria durante siete años para poder reelegirse? Rubén Calderón ¿Quién emitió lineamientos de elección amañados y antidemocráticos para amarrar su reelección? Rubén Calderón. ¿Quién metió a la UJED en la vorágine política? Rubén Calderón. ¿Quién tiene la culpa del actual conflicto que vive la Universidad? Rubén Calderón y su claque de simuladores, que han hecho de la UJED un negocio muy lucrativo.
El que se mete de carbonero tiene que salir tiznado, y Rubén Calderón se puso a hacer política sin tener idea de lo que eso significa. Primero se alió con los petistas, que representan lo más infame y negro de la política. Dios nos libre de que la UJED caiga en manos de estos sujetos, porque son capaces de vender hasta el edificio central. Luego se atrevió a ningunear al ex gobernador en un informe y después tácitamente, se negó a reconocer al gobernador electo Jorge Herrera Caldera, al no invitarlo a su último informe de actividades.
La Universidad es una casa de estudios, donde debe generarse conocimiento e investigación, y debe mantenerse al margen de la política. Pero Calderón con su parcial activismo, la metió a un torbellino de bajas pasiones, en su febril afán de aferrarse al poder.
Durante su largo periodo como rector, Calderón estuvo mirándose en el espejo de la bruja, que le mostró siempre lo bonito y acertado de su administración, pero nunca sus defectos, ni sus errores. Por otro lado, sus lisonjeros colaboradores lo hicieron sentirse el non plus ultra y creyó que podía pasar por sobre todos sus enemigos.
Además construyó una especie de dictadura dentro de la UJED, pero esta no fue construida a base de talento, ni de oficio político, sino a base de dinero, y tal vez del dinero que estaba destinado a la educación.
Pero nadie le dijo al ex rector, que el ejercicio del poder desgasta, y que en política la oposición es tan natural como la sombra. La oposición está aprovechando la presente coyuntura y se ha aliado a los enemigos que él mismo se creó de la nada. En esta ocasión, se juntó el hambre con las ganas de comer.
Yo no sé quien esté asesorando a Rubén Calderón, de lo que si estoy seguro es de que se trata de su peor enemigo, porque le está aconsejando cometer un error tras otro. El penoso zafarrancho del pasado martes en la tribuna del Congreso fue una nueva equivocación, que ahora ha causado encono entre los estudiantes y los catedráticos. Los estudiantes acudieron pacíficamente al Congreso, para presentar una propuesta de reforma que les otorgue a los alumnos una mayor participación en el proceso electoral. Los catedráticos tomaron con violencia la tribuna y provocaron la irritación de los estudiantes, esto inició la camorra.
Los directores de la UJED que tomaron la tribuna, han mostrado su torpeza política y su subcultura, porque no son nadie para interrumpir el proceso legislativo. Además se trata de un delito, los diputados debieron convocar a la fuerza pública para meterlos a la cárcel, aunque aún están a tiempo de iniciar un proceso penal en su contra.
Más tarde el Rector en funciones, el Doctor en Derecho Salvador Rodríguez Lugo convocó a la Junta Directiva en un lugar fuera del edificio central. La sede para que sesione la Junta Directiva es el aula Laureano Roncal, para cambiarla se requiere un acuerdo previo de este órgano, el cual nunca sucedió. Esto quiere decir que todos los acuerdos tomados en esa sesión son nulos de pleno derecho. Todas estas pifias de quienes dirigen el rumbo de la UJED, nos hacen reflexionar: ¡Dios mío, quién está educando a nuestros jóvenes!
La UJED corre el riesgo de entrar a una crisis de grandes proporciones, y esto sería desastroso para nuestro Estado, porque nuestra Universidad es una institución imprescindible para nuestro futuro. Calderón debe salir de la contienda, por el bien de la Universidad y de él mismo. Es mejor una salida digna, y reconocerle algunas cosas buenas de su administración, que una salida ignominiosa, que destape la cloaca y ponga en riesgo el prestigio de la UJED. Nadie más tiene la culpa del desastroso final de este rectorado, Calderón ha sido el arquitecto de su propio destino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario