viernes, 28 de enero de 2011

LA PERVERSIÓN DEL STEUJED


Por Cristhian Salazar

Unas cuantas familias controlan el Sindicato de trabajadores y empleados de la UJED, solo le dan trabajo a familiares, hijos, hermanos, nueras, etc.

Las secretarias ejercen un papel de espías del sindicato, ellas saben qué hacen y cómo lo hacen sus jefes, y con ello adquieren un gran poder que utilizan para no trabajar, sin que nadie les diga nada; trabajan al ritmo que quieren y hacen lo que quieren. En ocasiones, para hacer algún escrito urgente, es necesario ocupar secretarias no sindicalizadas.

Los mozos de limpieza son una plaga perniciosa, no hacen otra cosa que lo estrictamente contratado. Puede estarse quemando un aula, y son incapaces de tomar un balde con agua para extinguir el fuego, porque esa actividad se sale de las labores para las cuales fueron contratados.

Los veladores, es quizá lo más podrido del sindicalismo universitario. “Trabajan” tres días a la semana y algunos reciben hasta 5 mil pesos quincenales por el salario y por los años acumulados, pues el contrato colectivo establece que por cada año laborado, tendrán derecho a un aumento salarial (Cláusula 32 del Contrato Colectivo de Trabajo del STEUJED).

Hay veladores que solo van a dormir, incluso tienen cama y televisión. Algunos trabajadores, juntan sus días de vacaciones y logran acumular hasta dos meses de asueto. Piden su derecho a vacaciones y a la vez el sindicato manda a fortiori al sustituto, que por lo general es el hijo del titular de la plaza. Así la Universidad paga dos salarios durante dos meses.

Como este caso hay muchísimos en nuestra pobre alma mater. ¿Qué empresa podría aguantar estas prestaciones absurdas? Estos señores se están devorando la Universidad.

Nuestra UJED puede prescindir de la mayoría de los veladores, instalando sistemas de alarma y de circuito cerrado de televisión. Igualmente, se puede deshacer de la mayoría de los porteros, instalando sistemas de automatización de puertas en las escuelas y los campos deportivos. De esta forma se podría ahorrar una buena cantidad de dinero, que podría ser utilizado en mejorar la calidad educativa o en abrir más lugares para estudiantes en las distintas carreras.

La Constitución Federal y la local, nuestras normas básicas, pueden reformarse, modificarse, se les puede hacer ajustes. Las leyes secundarias también pueden reformarse y derogarse. Si esto se puede hacer con las leyes, ¿por qué no puede hacerse con un contrato colectivo leonino? La UJED debe demandar en las instancias competentes la recisión del Contrato Colectivo celebrado con el STEUJED.

Si estos señores amenazan con paralizar la Universidad, ahí están los estudiantes y la sociedad misma para evitarlo. La suerte y la superación de la UJED no deben depender de un puñado de haraganes. La juventud y el futuro del estado no deben estar en las manos de estos sujetos, que no tienen ni la remota idea de lo que significa la educación.

Si la Universidad fuera una empresa, donde se explotara la mano de obra de los trabajadores, donde el patrón obtuviese una plusvalía, ahí sí se justificaría el derecho de huelga. Pero la Universidad no produce mercancías, no obtiene ganancias, está formando a la juventud. Es un absurdo brutal que se le asimile como una empresa mercantil. En los centros de educación superior no debe existir este derecho, porque el derecho a la educación y el futuro del país, tienen prelación ante el derecho de huelga de los trabajadores.

Pero además, cuando vemos que son cinco o seis familias las que controlan el STEUJED, nos parece criminal que estén poco a poco tragándose a la Universidad, hasta que hagan imposible su funcionamiento y determinen su extinción, para que así prevalezcan únicamente las universidades privadas y la educación de los pobres se anule por completo. La institucionalización de los contratos colectivos de trabajo en las universidades públicas, son un mecanismo perverso y diabólico; los sindicatos como el STEUJED son un lastre y un gran obstáculo para que las universidades crezcan.

Si la UJED quiere sobrevivir, debe demandar la recisión del contrato colectivo con el STEUJED. La sociedad debe apoyar a la universidad y no a un sindicato degenerado, porque si nuestra alma mater se estanca, se estará estancando también nuestro desarrollo y nuestra evolución como sociedad y como estado. Hay muchas personas que saben de esta situación, pero tienen temor de expresarlo, por miedo a que les cuelguen el san Benito de reaccionarios y anti sindicalistas.

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