Por Cristhian Salazar
Al salir Rubén Calderón de la Universidad Juárez, con él salieron un grupo de parásitos que prácticamente tenían el control de la UJED y que la habían convertido en una empresa particular. Se trataba de un séquito de asesores inútiles; de investigadores que no investigan y sólo cobran, encabezados por Guadalupe Rodríguez y su esposo Chuy Carreón; y algunos funcionarios que solo estaban buscando la forma de hacer negocio con la UJED, como Juan Bravo y Joel Ávila. Todos ellos con un sueldo que ya lo quisiera cualquier catedrático de tiempo completo.
Esta mafia tenía copado al ex Rector, quien tenía la piel muy sensible a la crítica, pero más al elogio. Esta situación la supieron aprovechar muy bien el grupo de expertos lisonjeros, quienes hicieron que Calderón se creyera el un non plus ultra. Por ello tenían tanto poder y hacían en la universidad lo que se les antojaba, pero llevaban a nuestra alma mater al despeñadero.
Cuando Don Rubén sale de la UJED, fue como quitarles su modus vivendi, les arrebataron un puesto que jamás volverán detentar, pero sobre todo, un sueldo que jamás volverán a ganar en toda su vida productiva. Por ello se han aferrado con todas las uñas a la UJED, para no salir de tan generosa nómina.
Durante la pasada entrega de las medallas al mérito Benito Juárez, que la universidad otorga a los estudiantes con mejor promedio de las escuelas y facultades, una ilustre integrante de este grupúsculo, increpó públicamente al Rector Luis Tomás Castro y al Gobernador del Estado, llamando “espurio” al primero, e interrumpiendo la solemne ceremonia. Me refiero a Doña Norma Pulido, quien se desempeñó como asesora en la pasada administración de la UJED.
Norma se encargaba de hacerle los discursos a Rubén Calderón, pero además tenía una gran influencia sobre él, al grado de que –cuentan algunos- ya entrada en copas le gustaba alardear públicamente su poder sobre el ex Rector y se ufanaba al anunciar el contenido del siguiente discurso. ¿Para qué quiere Norma Pulido que vuelva Calderón? Para seguir viviendo de la UJED.
La palabra “espurio” quiere decir falso. Desde mi punto de vista, no hay razón para llamar de esa forma al actual Rector, ya que fue electo como marca la Ley Orgánica de la UJED. Y la única instancia que puede desconocerlo es el Consejo Universitario, siempre y cuando haya una causa de las que enumera el artículo 53 de dicha Ley, y previo juicio respectivo ante las instancias que señala el reglamento general de la UJED. Ni siquiera la SEP tiene facultades para desconocer o reconocer a un Rector, y eso que es la institución que aporta el 86 % de los recursos económicos. Mucho menos la ANUIES, que se trata de una simple asociación civil regida por sus propios estatutos. En estas condiciones, ¿quién es Norma Pulido para calificar de espurio a Tomás Castro? Nadie.
Dicen que no es bueno gastar pólvora en chanates, pero considero que con esta señora hay que hacer una excepción y aplicarle la Ley Orgánica, porque si su conducta queda impune, no faltarán otros de su clan que aprovecharán cualquier momento para hacer esa clase de ridículas expresiones que solo dañan la imagen de la universidad. El caso debe ser llevado a la Junta Directiva y que la Comisión de Honor y Justicia determine su castigo, ya que por mucho menos que lo que hizo Norma, hay alumnos y maestros que han sido suspendidos.
La UJED es el alma de nuestro estado, porque en ella se está formando a la juventud, el activo más importante de nuestra sociedad. Debe ser también nuestra consciencia, una voz que nos indique cuando torcemos el camino, o como diría Calderón de la Barca, “como el apuntador en el teatro”. Pero nuestra universidad no debe ser como una verdulería, ni soportar a personas que confunden la protesta pacífica y la libre expresión, con el chisme de lavadero.
El Frente en Defensa de la Autonomía, está en su derecho de opinar y protestar, siempre y cuando lo hagan en forma pacífica, aunque su bandera de la Autonomía ya esté bastante descolorida. Pero no deben desgastar su movimiento con acciones como la del pasado 21 de marzo, porque solo están logrando calentar los ánimos y provocar encono entre los universitarios. Recordemos que actualmente existe un litigio en los tribunales federales, que decidirá la situación jurídica de la UJED. Será la autoridad federal, y no los exabruptos de una voraz mujer, la que determinará quién tiene la razón.
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