lunes, 14 de septiembre de 2009

LA PRIMERA PRUEBA DE LOS DIPUTADOS


Por Cristhian Salazar
“El día en que la mierda tenga algún valor,
a los pobres les privatizarán el trasero”
…Gabriel García Márquez

Los recién electos diputados federales, tienen en sus manos la decisión de aprobar o modificar el paquete económico para el año que entra, enviado por el Presidente Calderón al Congreso de la Unión. La propuesta calderónica contiene una serie de medidas económicas, supuestamente para tratar de salir del “shock” financiero en el que él y sus cómplices tienen metido al país.
Dicha propuesta contempla el incremento de impuestos como el ISR (Impuesto Sobre la Renta) y el IETU (Impuesto Empresarial de Taza Única), pero además, la creación de nuevos gravámenes al uso de celular y de internet. Es así como el panista número uno de México quiere combatir la pobreza e incentivar la generación de empleos, como si no fuera suficiente el constante incremento de los combustibles.
Pero el mayor engaño, es la aplicación de un IVA disfrazado a medicinas y alimentos, bajo el irónico eufemismo de “Contribución para el combate a la pobreza”, esto es una burla, ya que esta medida afectará sobre todo a los más miserables.
Como siempre, serán los de abajo quienes paguen por el saqueo histórico que unos cuantos han infringido a nuestro país, mientras los grandes ricos y la alta burocracia permanecen intocables. Calderón ha querido disimular lo anterior, desapareciendo algunas inútiles Secretarías de Estado. Pero los mexicanos ya no nos chupamos el dedo, es claro que se trata de un truco, una simple mudanza de burócratas. Ya que seguramente toda esa carga burocrática será absorbida por otras dependencias, y a los jefes les buscarán otra chamba de la misma envergadura.
En estas condiciones, los nuevos legisladores se encuentran ante una prueba de fuego, ante la gran disyuntiva de actuar con patriotismo, o de hacer lo “políticamente correcto”, aunque ello signifique condenar a miles de mexicanos al rezago social. Pero también se encuentran ante la gran oportunidad de reivindicar a los de su clase y de cumplir sus promesas de campaña. De lo contrario, si aprueban este paquete económico, o si presentan otro que sea la misma gata pero revolcada, seguirán siendo ante los ojos de los mexicanos, monigotes al servicio de los intereses de sus cúpulas, hombres de paja, sin voluntad y sin consciencia. Pero peor aún, habrán traicionado a quienes los han puesto en su bondadosa curul.
Como prueba de su buena fe, podrían empezar por reducir el gasto del Congreso de la Unión, ya que ese gran circo de dos pistas, nos cuesta a los mexicanos nada más 9 mil millones de pesos al año, entre sueldos, seguros, viáticos y otras canonjías dignas de sultanes. Ser diputado en la actualidad, equivale a ganarse el “melate”.
Parece que Calderón y su recaudador Agustín Carstens -icono de la voracidad y los intereses extranjeros- ignoran que más de la mitad de los mexicanos son pobres, y que muchos de ellos están dispuestos a todo, simplemente porque ya no tienen nada que perder.
Los efectos de la crisis económica, la caída de los precios del petróleo, la baja en las remesas y el azote de calamidades como la influenza porcina, y ahora esta nueva embestida en contra de los pobres. Todo esto pone al país al borde de un estallido social, que ya se está manifestando en los miles de mexicanos que diariamente asaltan caminos, que secuestran, o que se unen a las filas del narcotráfico. Tomar medidas tan facciosas en estas condiciones, es más peligroso que jugar con fuego. Pero al parecer la derecha está empeñada en despertar a los volcanes.

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