martes, 19 de enero de 2010

LA TORRE DE BABEL


Por Cristhian Salazar

El enano de los pinos ha perdido de todas, todas, pero dos son sus derrotas más emblemáticas. Primero su desastrosa guerra contra el narco, que le ha manchado las manos de sangre. Y en segundo lugar, la derrota del año pasado, en que el PRI le arrebató al PAN el control del Congreso de la Unión y la gubernatura de Querétaro.

En estas condiciones, Calderón llegaría al final de su sexenio y a la sucesión presidencial, en circunstancias desastrosas, con su imagen hecha añicos y con un partido debilitado y perdedor; sin mencionar la vorágine de inestabilidad social, política y económica en la que ha metido al país. Por esta razón, el presidente ha decidido aliarse con los peores remanentes de la izquierda pragmática, para competir en las elecciones locales de Oaxaca, Sinaloa, Puebla y Durango.

A Calderón le conviene por miles de razones ganar la mayor cantidad posible de gubernaturas, ya que se trata de posiciones clave para el rejuego político y la distribución de los recursos federales, pero principalmente para borrar su imagen de perdedor. Por ello no escatimará en recursos y desplegará la maquinaria electorera federar para ganar en estos estados. Todos los programas sociales de todas las secretarías de Estado tendrán una finalidad electoral.

Por su parte, a la izquierda oportunista, esta alianza le representa el alimento de las verdaderas aspiraciones de su supuesta lucha: diputaciones, posiciones políticas y canonjías para seguir engordando su burocracia partidista.

La coalición de la izquierda con el PAN, no solo es anti natura como lo dijo mister Fox, este amasiato también representa la máxima expresión del pragmatismo y de la descomposición política a la que hemos llegado, es un nuevo síntoma de la crisis ideológica por la que atraviesan los partidos políticos. Al PRD y compañía ya no les importa que el PAN les haya robado la presidencia de la República y que la derecha esté embistiendo a la clase trabajadora con golpes como la extinción de la compañía Luz y Fuerza. Parece que la única ideología que pervive en esos partidos, es la del asalto a las arcas de la nación.

En Durango, finalmente logró concretarse esta torre de Babel con los partidos PAN, PRD, PT y Convergencia, a pesar de que el Ejecutivo tiene alfiles en todos ellos. Esto es una prueba de que la alianza se negoció a nivel nacional. Por eso, a gente como la doctora Ruiz Canán, no le quedó otra disyuntiva que aceptar las instrucciones de su dirigencia nacional, aunque ello le cueste salir de la nómina estatal, y a sabiendas de que Marcos Cruz no le va a dejar ni la plaza de barrendero.

Sin duda que la coalición opositora le complicará al PRI de Durango el proceso de sucesión en el estado. Sin embargo, no bastará con echarle montón a la gran estructura política de este partido, en elecciones pasadas y a demostró su eficacia para sacar a votar a la militancia. Según los resultados de las últimas dos elecciones en Durango, el PRI cuenta con una ventaja de poco más de 40 mil votos, sobre la coalición. Aunque la contienda en ciernes será atípica y de resultados impredecibles, no se debe olvidar que en política hay sumas que restan.

El PRI deberá realizar una labor política fina en los municipios, eligiendo a los perfiles más adecuados y aquellos que garanticen obtener el mayor número de votos, pero además tratar de evitar en lo posible, que algunos tránsfugas busquen su postulación en la Alianza opositora. Igualmente en la selección de candidatos en los distritos locales. Llegó la hora de elegir a los mejores, a aquellos que tengan verdadera presencia en las regiones. Ya no debe haber lugar para los experimentos, ni para la inexperiencia.

La torre de Babel está casi completa, pero aún falta ver si todos estos actores que hablan idiomas diferentes, logran ponerse de acuerdo a la hora de repartir posiciones. Quien más tiene que perder en esta negociación es el PAN, porque actualmente cuanta con gran presencia en el Congreso local con ocho diputados, y además de ocho alcaldías. Y en un descuido, los ganones del PT les quitan hasta la cobija.

Estamos en la antesala de una verdadera contienda política sin precedentes. En esta batalla ya no hay enemigo débil, ya no hay David ni Goliat, sino un choque de fuerzas políticas reales.

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