viernes, 24 de junio de 2011

CALDERÓN QUIERE REELEGIRSE

Por Cristhian Salazar

“Si un enemigo tiene aliados, el problema es grave

y la posición del enemigo es fuerte”.

…Sun Tzu

El PAN no tiene ninguna posibilidad de ganar las elecciones presidenciales de 2012 en las urnas. Luego de dos sexenios de corrupción, fraude electoral y una guerra desastrosa, los panistas no tienen cara para pedirle nuevamente el voto a los mexicanos.

Sin embargo, Felipe Calderón no cree en la alternancia. Por ello quiere reelegirse otros seis años a través de un monigote que le cubra toda la mierda que está brotando de su administración. El candidato del presidente se llama Felipe Calderón, y de fachada pondrá a un pelele, a un hombre de paja que le garantice impunidad para él y su camorra.

En la “maravillosa” democracia mexicana, lo de menos son los votos y la voluntad del pueblo, la verdadera competencia se da fuera de las urnas, entre las fuerzas políticas y los poderes fácticos. Lo que se encuentra en disputa no es solo la Presidencia de la República, el botín más preciado es el control político del dinero, de las mafias criminales y empresariales.

Por ello, el panismo ha iniciado una estrategia de linchamiento y de desprestigio a su rival más peligroso, el Partido Revolucionario Institucional, tal como lo hizo Fox con el PRD y Andrés Manuel López Obrador.

El PRI y su candidato están hasta las nubes en todas las encuestas electorales, pero eso no garantiza el triunfo para el tricolor. Recordemos que AMLO también encabezaba las encuestas, con una ventaja que parecía inalcanzable, y además, nadie daba un centavo por Calderón. El peje cometió el error de no cuidar su estructura electoral y dejó una gran cantidad de casillas sin representantes. Esto facilitó al PAN hacer sus trucos y marrullerías. Nada garantiza que en esta ocasión, el PAN no haga lo mismo con el candidato del PRI.

En su camino a la reelección, Calderón no está solo. Cuenta con aliados importantes, y éstos no son solo algunos partidos como los que siguen al PRI, son factores reales de poder, con mucho dinero y estructura: la clase empresarial, la Iglesia, los gringos y las televisoras.

A esto hay que agregarle, que Calderón cuenta con la maquinaria del gobierno para operar los programas sociales a favor de su partido, y capitalizar los padrones de beneficiarios como votantes cautivos del PAN.

Además, están las instituciones del Estado, que el presidente está utilizando facciosamente en contra sus competidores. La policía, el poder judicial y el ejército, se han convertido en instrumentos oficiales de represión, de intimidación y revanchismo político.

En estas condiciones, aunque el PRI cuente con el mejor candidato, y la mejor estructura en todo el país y la mayoría de los gobiernos de los estados, el PAN tiene otras ventajas que equilibra la correlación de fuerzas.

Por otro lado, hay que decir que las desventajas del PAN también son importantes. En primer lugar, el lastre de la imagen gastada de Felipe Calderón, que se ha ganado a pulso el desprecio de la mayoría de los mexicanos, de los miles de jóvenes que no tienen empleo y de los miles de huérfanos y viudas que ha producido su estrategia de seguridad.

En segundo lugar, la debilidad e impopularidad de sus candidatos. Aunque este factor es relativo, porque ya sabemos que la magia de la televisión nos puede hacer ver a un buen candidato, donde solo hay un títere.

Igualmente, las limitaciones intelectuales del equipo del presidente, le van a complicar su operación política en las elecciones. Aunque en política, rodearse de pendejos es un principio básico, a Calderón se le ha pasado la mano. La pifia de la detención y liberación de Jorge Hanck, reveló la incapacidad y estupidez de los asesores jurídicos y operadores políticos de Calderón. Tendiéndolo todo para hundir al corrupto ex presidente municipal de Tijuana, ni siquiera pudieron integrar adecuadamente la averiguación.

Nos encontramos en la antesala de las elecciones presidenciales. El PRI ha dado pasos importantes para volver a Los Pinos, pero no debe cantar victoria, porque a la derecha solo se le puede sacar a patadas. El partido tricolor debe aceitar su estructura y entrar de lleno a los temas sociales que le interesan a los mexicanos. Es tiempo de terminar con la política de la despensa que es demasiado cara y que además ya no da votos. Pero sobre todo, el PRI deberá buscar la unidad, cueste lo que cueste.

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