viernes, 29 de julio de 2011

SIEMPRE SÍ HABRÁ REFORMA POLÍTICA

Por Cristhian Salazar


Finalmente habrá reforma política. Los diputados federales ya no pudieron con la presión social y la exigencia de todos los mexicanos de lograr un acuerdo para cambiar al sistema político del país.

Sin embargo, está por verse si los legisladores no salen ahora con una reforma light, solo para calmar a las masas, porque muchas veces en este país, se reforman las leyes mañosamente para que todo siga igual, para que permanezca el statu quo.

Fue en el 2009 cuando Felipe Calderón presentó su decálogo para la reforma política, y cuando empezó un fuerte debate al respecto y la presión de varios sectores sociales para llevarla a cabo.

Hace unos meses, el Senado aprobó una minuta con una reforma constitucional interesante, -aunque corta desde mi punto de vista- que incluye la adopción de figuras como las candidaturas independientes, la reelección de legisladores, la iniciativa ciudadana, el plebiscito, entre otras.

Sin duda que esta reforma traería grandes repercusiones a nuestro sistema democrático, positivas en la mayoría de los casos, y pudiera abonar a sentar los primeros ladrillos de la verdadera democracia. Sin embargo, dicha minuta se entrampó en la Cámara de diputados, como siempre por cuestiones políticas y diferencias entre actores de gran peso político como Manlio Fabio Beltrones y Enrique Peña Nieto.

Pero luego de una gran exigencia social y de movimientos como el de Javier Sicilia, finalmente los diputados del PRI –que son la mayoría- a través de su líder Francisco Rojas han anunciado que siempre sí habrá reforma.

México se encuentra en un momento histórico determinante, ya que tenemos índices de pobreza impresionantes, niveles de corrupción sin precedentes y una clase política sin credibilidad. Pero lo más grave, es que nos encontramos en una guerra que nadie entiende ni aprueba, que ya ha derramado demasiada sangre.

Por ello los mexicanos esperamos mucho o demasiado de esta reforma. Por que puede ser la refundación de nuestro sistema político y el paso a un verdadero sistema representativo y participativo, que devuelva el poder al ciudadano.

Pero el grado de la expectativa, puede ser el grado de la decepción. Los diputados tienen la oportunidad de demostrar que son representantes del pueblo, y no un grupo de depredadores del erario, como los considera la mayoría de la ciudadanía. Para ser una verdadera reforma política, por lo menos debe contener: la iniciativa ciudadana, el plebiscito, el referéndum, las segundas vuelta en las elecciones presidenciales, la revocación de mandato y la iniciativa popular. Cualquier reforma que no contenga estas figuras, será una simulación, un engaño para el pueblo que ya está cansado de que le den solo diezmos de democracia. Al tiempo.

En este contexto, el pasado jueves se realizó en Durango un Foro donde participaron legisladores de todas las fuerzas políticas. Fue un buen esfuerzo del gobernador Jorge Herrera Caldera y de la Cámara de Diputados por enriquecer el debate y la participación.

Desafortunadamente, la nota se la llevaron un trío de mitoteros profesionales que interrumpieron el discurso del gobernador para protestar por la autonomía universitaria.

Se trata de algunas de las viudas del ex rector Rubén Calderón, que no se resignan a que les quitaron la ubre de la UJED, de la que siempre han vivido sin trabajar.

Estos parásitos no tienen calidad moral para andar haciendo esos ridículos, porque si alguien le ha hecho daño al alma máter, son ellos y su protector Calderón, que los tenía como becados con un súper sueldo, por hacer absolutamente nada. Como la perversa Norma Pulido, a quien el ex rector Calderón, le adelantó el pago en una sola partida de los años 2009 y 2010. Cómo no va a llorar doña Norma.

Además, en este mismo espacio lo hemos dicho varias veces y hoy lo sostengo. La autonomía universitaria es un mito, no existe. Es una bandera que han utilizado algunos para seguir mamando el erario de la UJED.

A pesar de ser una runfla de patanes, estos pintorescos personajes tienen el derecho de manifestarse en contra de lo que quieran, y opinar hasta del callo del talón de Aquiles. Pero que lo hagan sin molestar a nadie, ni interrumpir un acto que abona al debate de un tema tan importante para México.

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