viernes, 18 de enero de 2013

¿CONVENCIÓN O ELECCIÓN DIRECTA?



Por Cristhian Salazar

Se acerca un proceso electoral de gran trascendencia para nuestro estado, ya que habrán de elegirse 39 presidentes municipales y 17 diputados locales, pero lo que realmente está en juego, es la correlación de fuerzas políticas rumbo a la elección de gobernador en 2016. Por lo pronto, el PRI ya eligió el método para seleccionar a sus candidatos: la polémica convención de delegados.
Los estatutos del PRI establecen en su artículo 181, los procedimientos para elegir a sus abanderados, contemplando el de Elección Directa o como algunos lo llaman, consulta a la base. También está establecido el método de Convención de Delegados, que ya fue seleccionado por el Consejo Político Estatal, uno de los máximos órganos de gobierno en el tricolor, pero antes de elegirlo, fueron consultados los 39 Consejos Políticos Municipales en todo el estado, que se manifestaron en forma unánime por el mencionado método. Es decir, la clase política priista se pronunció por la Convención.
Ambos procedimientos tienen sus ventajas y desventajas, pero es absurdo afirmar que uno es más democrático que el otro. La consulta directa a la base no garantiza que el proceso sea totalmente limpio, ya que no sólo está expuesto a la manipulación de las fuerzas políticas al interior del partido, también fuerzas externas pueden introducirse  para tratar de ensuciar la elección. Por otro lado, la Convención de Delegados también puede prestarse a manipulaciones, o a que los delegados electos reciban línea de sus sectores.
Sin embargo, lo que sí es una realidad, es que el procedimiento que crea mejores condiciones para la unidad, es el de la Convención, ya que una elección abierta, genera guerra sucia entre los contrincantes y entre la militancia, lo cual afecta principalmente al partido. Basta con recordar las elecciones internas en 2006, entre Madrazo y los “TUCOM”, que terminaron un cisma y  llevaron al PRI a una tragedia electoral que lo colocó hasta el tercer lugar.
La Convención de Delegados es un método más conveniente, porque se blinda al PRI de intromisiones externas, además,  la intención de la dirigencia estatal,  es agotar el diálogo entre los sectores y organizaciones, para tratar de llegar al proceso con candidaturas de unidad, en un escenario donde todas las expresiones estén representadas.
En estas condiciones, ¿serán los priistas quienes elijan a sus candidatos? Claro que sí.  Las Convenciones no sólo se componen de los Consejos Políticos Municipales, éstos integran únicamente el 50% del órgano. La norma interna establece otra mitad conformada por delegados electos en asambleas de los sectores y organizaciones del PRI; y por delegados electos democráticamente en asambleas territoriales. Todo ello bajo los principios de voto libre, directo, secreto e intransferible. Será una elección entre verdaderos militantes, sin riesgos de manoseos externos ni de guerra sucia que divida.
Las elecciones en puerta no son cosa menor, como ya lo mencionamos, son la antesala del 2016 y no se puede tomar ningún riesgo ante la complejidad de la contienda. Por ello el PRI ha elegido el mejor método interno para postular candidatos, igual de democrático que la consulta a la base, pero que  garantiza el escenario de mayor unidad. De haber elegido la elección directa, el partido se estaría haciendo un harakiri. Pero en el PRI ya se aprendió de los errores, la oposición le apostaba a la fractura del tricolor, porque saben que este partido unido, es prácticamente invencible, y haber elegido el método de Convención de delegados, significa un gran paso hacia la unidad, y por ende al triunfo.  

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