jueves, 10 de enero de 2013

DEL PAN SÓLO QUEDAN MENDRUGOS



Por Cristhian Salazar

Quien haya convencido a Gustavo Madero de dar a conocer los resultados de la depuración del padrón del PAN,  debe ser su peor enemigo. La noticia fue tomada como un desastre para la militancia, y con eminente alegría por los demás partidos políticos, lo cual debilita aún más y agrava la crisis que vive Acción Nacional.

El PAN perdió la oportunidad de convertirse en un partido hegemónico, bastaron dos sexenios para que el pueblo se desencantara con este instituto político que traicionó la confianza de millones de mexicanos. Por un lado, el gobierno frívolo y corrupto de Fox; y por otro, la desastrosa guerra de Calderón, han convertido  aquel poderoso partido de la alternancia, en un partido en ruinas, con serios riesgos de fractura. Sólo quedan los mendrugos que serán disputados ferozmente por los grupos intestinos.

Después de perder la Presidencia de la República, el PAN se quedará solamente con 20% de su padrón de militantes activos y adherentes. De  acuerdo con las cifras finales del registro de militantes disponibles en el sitio web del partido, La mayor pérdida de afiliados se registró en Veracruz, Estado de México, Jalisco y Distrito Federal, entidades de gran importancia electoral. La desbandada fue de 80 por ciento, pues sólo 2 de cada 10 refrendaron su pertenencia al partido.

El año pasado, el padrón panista llegó a ser de un millón 868 mil 567 militantes activos y adherentes. Hoy sólo tienen 368 mil 253 militantes activos y adherentes, es decir, perdieron más de un millón y medio de militantes.

El estado que más simpatizantes perdió fue Veracruz; en 2012 alcanzó a tener una militancia de 173 mil militantes  y en este 2013 sólo refrendaron su partidismo 35 mil 287. En el Distrito Federal, donde fue durante varios años la segunda fuerza política y en dos ocasiones estuvo a punto de ganar las elecciones, perdió 88.7 por ciento.

Si la caída en militancia en un promedio de 50 por ciento es grave, entre los adherentes es desastrosa, pues después del proceso de refrendo apenas quedaron entre 10 y 20 por ciento de los que se decían simpatizantes. Es decir,  se fueron nueve de cada diez panistas que estuvieron con el partido mientras éste detentó el poder presidencial. Además, notables panistas abandonaron las filas del partido, como el ex presidente, Vicente Fox Quesada; y los ex gobernadores de Yucatán, Patricio Patrón Laviada, y de Tlaxcala, Héctor Ortiz Ortiz.

Durango no ha sido la excepción,  de 43 mil 449 militantes,  sólo quedaron 10 mil 336, un descenso del 73%. En el municipio de Durango de 11 mil 981 militantes registrados, quedaron 2 mil 618, una pérdida de casi el 80%. En el municipio de Gómez Palacio, de 2 mil 825 adherentes pasó a 387. Una disminución de 86%. En el municipio de Guadalupe Victoria de 2 mil 145 adherentes solamente quedaron 53, una disminución del 97.6%. En el municipio de Pueblo Nuevo de 1,381 adherentes quedaron 281.  80% menos. Recordemos que este año tendremos elecciones en los 39 municipios y en los 17 distritos locales, en estas condiciones, el panorama para el PAN es deprimente. Aispuro debe estar dándose golpes en la cabeza por haber dejado al PRI de sus amores.

Está claro. El PAN ya no es una opción política en México, al menos no este PAN dividido y derruido. Si quieren sobrevivir, los panistas deberán refundar  su partido, reconciliarse con su doctrina y los principios que han legado hombres como Manuel Gómez Morín o Carlos Castillo Peraza; y deslindarse de la negra herencia de Felipe Calderón. De lo contrario, este partido estará destinado al cisma, o en el peor de los casos a la extinción.

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